Llegamos el viernes por la tarde, y una vez que montamos el campamento nos fuimos a dar una vuelta en bici al pueblo.
Volkswagen fue el que mas uso le dio al nuevo avance, utilizándolo como dormitorio por la noche y disfrutar del porche.
El espectacular amanecer del sábado desde dentro de la furgo, merece la pena despertarte temprano para verlo.
Sábado por la mañana, primero un buen desayuno, una vuelta en bici al pueblo y a la playa.
Nada mejor para reponer fuerzas de un arroz con conejo cocinado por mi chiqui.
Preparándolo.
Y listo para comer,para chuparse los dedos.
Y por la tarde vuelta en bici, repetimos mojito como la otra vez, cenita, a dormir, y al otro día a recoger y para casa con ganas de volver a repetir.
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